MENSAJE PARROQUIAL


Pedro y Pablo
Dos mundos, dos historias, dos culturas. Dos llamados por Dios.
El pescador de Galilea y el maestro de los paganos.
Dos vidas entregadas al evangelio del Resucitado.
Unidas en la única y ardiente pasión por Jesús.
Dos testigos, dos mártires.
Los primeros de una cadena interminable y gloriosa.
Cimiento de esa iglesia de Cristo, que sigue peregrinando por la historia
“entre las persecuciones del mundo y las consolaciones de Dios” (S. Agustín).
Gracias, Padre, por habernos llamado un día a formar parte de esta gran familia de los hijos de Dios,
Iglesia santa y pecadora, terrena y celestial, frágil y bella, en la que podemos encontrarte, escuchar tu palabra, recibir tu perdón, soñar con tu cielo.
SDB Aquilino Libralón, párroco de Portachuelo