EL SEÑOR TUVO COMPASIÖN DE ELLA

El Señor tuvo compasión de ella.
Y le dijo: “No llores”.
Una muchedumbre acompañaba el féretro de su hijo único.
“Joven, a ti te digo, levántate”.
Es la compasión el verdadero milagro, no la resurrección del hijo muerto.
Es por la madre que Jesús siente compasión: “… y lo devolvió a su madre”.
Lo devolvió a lo esencial, que es el amor, lo devolvió al amor que genera.
¡Cuántos hijos muertos dentro, vacíos, sin fuerzas hemos conocidos, Señor!
Nosotros mismos a menudo vivimos sin ideales, sin horizontes, dentro de una rutina gris.
Que tu palabra nos haga revivir, Dios de la vida, con un corazón capaz de compasión, de pequeños milagros cotidianos, capaz de romper tantas soledades.
SDB Aquilino Libralón, párroco de Portachuelo