Como yo los he amado.
“Ámense los unos a los otros”, es el mandamiento ‘nuevo’ de Jesús.
¿Y dónde está la novedad de Jesús, si eso ya estaba presente en la ley de Moisés?
La novedad está en el “como yo”. Él es nuestro maestro, nuestro modelo. Su amor no tiene medida.
¿Por qué amar? Porque Dios ama, porque es la ley de la vida.
“Si Dios nos ha amado primero, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros” (1Jn)
Dios nos amó primero. No podemos amarnos si ante no hemos hecho la experiencia de ser amados.
Como los niños que aprenden a sonreír en los brazos de su madre, dejándose mirar, besar y sonreír por ella. Sólo experimentando ese amor de Dios seremos capaces de superar tantos rechazos que entristecen nuestra propia vida y la de los demás.
Señor, enséñanos a amar, dejándonos inundar, envolver por tu amor.
SDB Aquilino Libralón párroco de Portachuelo