MENSAJE PARROQUIAL DE AÑO NUEVO




En medio de la gravísima crisis de violencia, de pobreza, de mentiras que nos acorrala pidamos al único Mesías verdadero, hecho niño en Belén, la sabiduría necesaria para reconocer nuestros errores, rectificar nuestras conductas, buscar la verdad de las cosas y construir con honradez y sacrificio una familia, una comunidad y un país nuevos.
Las crisis son parte de nuestra vida y, si las sabemos aprovechar, pueden volverse providenciales, al desenmascarar nuestras torpezas y darnos la oportunidad de recomenzar y renovarnos.
Sin un corazón nuevo y manos nuevas no podemos construir un mundo nuevo.
Un refrán nos recuerda: Si cada uno limpia delante de su casa, la ciudad será más limpia.

Aquilino Libralón (sdb), párroco de Portachuelo